La ultra-legalidad del Bitcoin
Desde que existen las transacciones de una dirección de Bitcoin a otra, estas han estado ocurriendo en un lugar ligeramente separado de la jurisdicción, reglamentos y procedimientos existentes y relacionados al dinero y las finanzas. La legislación actual en asuntos relacionados al dinero es por supuesto diferente en cada país, pero se estima que el 90% del llamado “dinero” en existencia hoy en día no se encuentra en ningún lugar geográfico, en realidad existe únicamente en forma electrónica en la red de información que conecta todo el globo.
"The Future of Money: How the Digital Revolution is Transforming Currencies and Finance" de Eswar S. Prasad (2021).
En el internet y el hiperespacio digital por supuesto no se aplican las reglas del mundo físico como la gravedad o mejor dicho no se aplican las leyes del mundo atómico macro, si no que aplican la leyes de los electrones sub-atómicos y tal vez sea por eso que los políticos y legisladores contrastan tanto en con su falta de dinamismo a la hora de crear las leyes para regular este mundo en su siempre lamentable intento por tener la cosa bajo control.
El sector financiero opera basado en leyes, decretos, y otros documentos con palabras legibles y respaldadas por lo que conocemos como el estado o gobierno que cuenta con la policía para hacer cumplir las leyes por medio de una fuerza física y ahora también informática en contra de quien no siga las reglas escritas en estos documentos oficiales.
Una transacción de Bitcoin ya verificada o una dirección de bitcoin sin embargo obedecen únicamente a principios matemáticos establecidos en el protocolo el cual es el que le da a los bitcoin las características que lo hacen funcionar como dinero y gracias a su naturaleza descentralizada este protocolo está fuera del alcance o mejor dicho no puede ser alterado por la fuerza física o los medios informáticos o inclusive monetarios a disposición de los estados, las corporaciones o cualquier otro tipo de organización que repita la antigua estructura jerárquica de concentración del poder.
El sistema inventado por Satoshi Nacamoto que describimos en la parte anterior(LINKLINKP2),está ideado de manera que tanto las transacciones de bitcoin como su su código fuente (el cual ejecuta el protocolo de Bitcoin) puedan ser observadas públicamente mientras que al mismo tiempo estos datos está sellados con restricciones matemáticas que los hace prácticamente inalterable. Osea podemos ver y tocar pero no cambiar el Bitcoin. Esta característica en efecto disuelve en gran medida la capacidad de interferencia por parte de las estructuras de poder en el mundo en los asuntos del Bitcoin, lo cual es un gran contraste especialmente con asuntos relacionados al dinero y la propiedad donde la costumbre milenaria era que el estado podía cambiar las reglas a su antojo.
La pregunta que buscamos contestar es la que podría hacer una persona u organización que está interesada en tener la seguridad y claridad de que está haciendo las cosas en regla ¿Son las transacciones y el almacenamiento de Bitcoin un acto legal? Y para contestar esta pregunta creo que es una buena idea recordar algunos detalles de la historia de esta nueva forma de dinero electrónico.
Primero que todo hay que entender que la creación del Bitcoin fué un hecho verdaderamente inofensivo, no hubo víctima que pudiera denunciar alguna injuria, ni siquiera el estado que se había dado la potestad de decretar lo que es o no dinero se vió injuriado, ya que no se había creado una máquina falsificar dinero ni se le había quitado a nadie ningún tipo de propiedad. Lo que se había creado era una nueva forma de propiedad con características muy particulares, un medio de intercambio que nunca fué decretado, no puede confiscado, ni siquiera puede ser registrado a nombre de un dueño por medios notariales, ya que la cadena de bloques que funciona como hoja de contaduría pública existe en una realidad totalmente separada los medios de registro respaldados por los gobiernos y sobre la que éstos no tienen ninguna autoridad práctica. .
Dado que el Bitcoin genera de manera constante un registro monolítico de información pública, inalterable e indetenible, las estructuras de poder no tienen más remedio que adaptarse alrededor de esta nueva red. Esta realidad implica que cualquier ley relacionada al Bitcoin tendrá que ser escrita alrededor de los principios fundamentales de este. Uno de los axiomas generales de sabiduría bitconiana que dice “tú no cambias al Bitcoin el Bitcoin te cambia a tí” es aplicable tanto para los individuos como para las organizaciones.
Según explica Andreas Antonopolus en su charla “The Rules of the Road: Bitcoin’s Neutrality and Open Access", las tecnologías y su adopción preceden a las regulaciones. Un ejemplo de esto es el caso de los automóviles y las leyes de tránsito, el “Acta de la Bandera Roja en Inglaterra (Locomotive Act 1865)” considerada una de las primeras regulaciones que gobiernan el uso de los vehículos motorizados, no llegó hasta más de 50 años después de que estos vehículos fueron desarrollados (alrededor del año 1800).
Las leyes relacionadas al Bitcoin están en su infancia o son inexistentes en muchos países. El nacimiento del bitcoin fue un evento que no llamó la atención en lo absoluto y su adopción ocurrió de manera lenta y progresiva, al margen de la ley, legisladores, y autoridades. Pero conforme la cantidad de capital relacionado a esta red aumenta y su popularidad se expande, diferentes estados han tratado el tema de maneras diferentes.
Last updated