La religión del dinero
banco-fe-confianza-intermediarios-dinero fiduciario-billete-estado-deuda-fiat
La solución al problema de los ataques físicos en contra del dinero-mercancía sería la creación de un nuevo tipo de dinero. Primero los metales preciosos debidamente certificados y pesados serían almacenados en una bóveda; luego la entidad encargada de emitir la moneda acuñaría monedas hechas de un material significativamente más barato (como el cobre o papel) y esta moneda representaría el peso equivalente del metal precioso. Por lo tanto, el valor de esta nueva moneda no se encuentra en la moneda misma, y carece sentido económico tomarse el tiempo y la energía para limarla, o fundirla con otros metales.
Las transacciones para depositar o retirar el metal precioso que respalda la moneda se realizaban en una mesa o “banco” (en su sentido antiguo) en donde podíamos cambiar la moneda en circulación por el metal que se encuentra en la bóveda. Este sistema también trae otros beneficios, principalmente en la parte de portabilidad, ya que, para su transporte en grandes cantidades y distancias largas, es más fácil, seguro y barato transportar un trozo de papel que un cargamento de oro.
Desde el momento en el que el dinero se encuentra en forma de monedas sin valor intrínseco y trozos de papel con símbolos, letras, firmas, sellos y dibujos, los usuarios se encuentran en una nueva situación, en la que estos tienen que tener la fe y la confianza de que los metales preciosos serán acumulados y debidamente protegidos en las bóvedas de los bancos y que los trozos de papel serán aceptados en las diferentes sucursales bancarias a cambio de los metales preciosos que el papel afirma representar.
En este escenario, los intermediarios adquieren un nuevo nivel de protagonismo y responsabilidad, ya que la confianza en estas entidades es un requisito crucial para que los sellos y firmas que certifican el papel como dinero, tengan valor y utilidad en el mercado.
Por estar basado en la fe que sus usuarios tienen en esta moneda, a este tipo de dinero se le conoce como dinero fiduciario, una palabra del latín “fides” que significa literalmente fe.
Nuevamente los cambios en lo que entendemos como dinero abrieron nuevos horizontes de posibilidades conceptuales. Sin la necesidad forzar mucho la imaginación de los feligreses fiduciarios, este sistema abre la posibilidad para que los metales preciosos que respaldan los documentos en papel fueran eventualmente (tal vez inevitablemente) reemplazados por otros documentos de papel. El respaldo del dinero fiduciario poco a poco se hizo menos tangible, y más etéreo.
Por ejemplo: el banco A imprime billetes que dicen estar respaldados por los billetes del banco B, los cuales aseguran que este segundo banco tiene los metales en su bóveda. Por lo tanto, los documentos o billetes del banco A son tan valiosos como los del banco B.
Así, este sistema permitió que la confianza pasara de estar fundamentada en la esperanza de que los metales preciosos respaldan el papel, a estar directamente en la palabra escrita de la autoridad bancaria. Lo que hoy conocemos como billete, no es más que un documento, un "pagaré", una promesa de pago en el futuro que cuenta con la confianza colectiva de los usuarios que los utilizan en el banco que lo imprime.
Y dijo el banco: sea el dinero, y fue el dinero.
Y entonces ¿Quién asegura en este sistema que los bancos tienen la reserva en metales o contratos que respalda el valor del billete?
El sistema económico, como dijimos, es un sistema administrativo y es el "estado" quien que está, en última instancia, a cargo de administrar los recursos de un territorio. El estado es una institución que busca mantener su status o condición, la palabra que lo designa deriva del verbo latino "stare", que significa "estar" o "permanecer", y para lograr su permanencia necesita estabilidad política; si hace algún cambio en su funcionamiento, lo hace en busca de su objetivo primordial: perpetuarse.
El sistema financiero es una de las herramientas fundamentales de las que el estado dispone para lograr una administración eficiente, ya que la moneda es la unidad métrica que los estados utilizan para balancear los gastos y los ingresos. Las finanzas son una rama de la economía que tiene el objetivo de lograr este balance, el balance de las cuentas el saldo de las deudas. La raíz de esta palabra del latín "finis" significa finalizar, luego evolucionó al francés como "financer" que básicamente significa "sufragar deuda".
Cada billete en este sistema es una promesa y por lo tanto una deuda. Mientras el tenedor de este billete tenga la fe de que esta deuda será pagada, el billete podrá cumplir su función como dinero. El gobierno está interesado en respaldar esta promesa porque en caso de que no pueda ser pagada, las finanzas dejarían de serlo, y la economía se desestabilizaría, y las cosas que no son estables tienden a cambiar, lo cual es contrario al principio de permanencia que el estado busca.
Por eso el estado y los bancos son como un matrimonio; inevitablemente estas dos instituciones llegarían a un acuerdo de beneficio mutuo: El estado por medio de las leyes estaría encargado de decretar la moneda de aceptación obligatoria a la hora de saldar deudas dentro de su territorio y los bancos serían sus emisores.
Quien quiera fundar un Estado y darle leyes, debe empezar por suponer que todos los hombres son malos y están siempre dispuestos a mostrar su naturaleza viciosa cuando encuentren ocasión para ello.
Al dinero emitido por decreto se le conoce como “fiat” y es el tipo de moneda que utiliza la mayoría de las economías del mundo hoy en día. Los estados la adoran por que les permite a estos saldar cualquier deuda decretando la creación de más monedas sin tener que disponer de ninguna mercancía como respaldo.
Fiat, es una palabra latina que significa "hágase", o "que sea". En este contexto el estado-banco funciona como un dios financiero capaz de crear "dinero" a su voluntad, así como el Dios del Génesis creó el cielo y la tierra. En efecto las leyes que le atribuyen al estado este poder, lo dotan de una varita mágica que le permite crear "moneda" de la nada y respaldado únicamente por la promesa del estado de que usará la violencia en contra de cualquier ente o persona que no lo acepte como dinero.
El sacrilegio fiat
Los estadistas y banqueros que adoptaron este tipo de dinero seguramente exhalaron con paz y tranquilidad, asumiendo que sus finanzas ahora se encontraban en un estado de nirvana económico, una estabilidad perpetua; cualquier gasto estatal ahora era permitido, cualquier deuda estatal podía ser pagada usando dinero que puede ser creado de la nada.
Pero la policía kármica no descansa, recordemos que el trabajo y la energía cambian de forma pero no pueden aparecer de la nada. Las leyes del universo se ríen de los documentos oficiales; si en nuestra ignorancia adoramos a falsos ídolos, el Dios verdadero vendrá a castigarnos y la diosa Moneta no olvidaría este sacrilegio.
Last updated