Supranacional
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Cuando decimos que el dólar es la unidad básica de este sistema exponemos el extraño hecho de que una sola nación tiene el increíble privilegio de imprimir de la nada moneda fiat y con esta comprar productos y servicios que son producidos con trabajo y esfuerzo por las poblaciones en el resto de las naciones. Pero ¿Cómo es posible que esto sea aceptado por las otras naciones? y ¿Cómo llegó este país a tener semejante posición?
La Maldíta Moneda de Reserva Mundial
No bien los mineros indígenas clavaron sus pedernales en los filones de plata del cerro hermoso una voz cavernosa los derribó. Era una voz fuerte como el trueno, que salía de las profundidades de aquellas breñas y decía, en quechua: «No es para ustedes; Dios reserva estas riquezas para los que vienen de más allá». Los indios huyeron despavoridos y el inca abandonó el cerro.
La apertura de las rutas marítimas de uso comercial con América a partir del siglo XVI fueron el principio de lo que conocemos como comercio global, ya que por primera vez en la historia, la totalidad del globo terrestre estaba conectado a través de una red de rutas marítimas que se extendían cruzando los océanos.
En la "época del descubrimiento" el resto del mundo se percató de que era una colonia de alguna potencia naval europea, los colonizadores españoles no encontraron las ciudades y yacimientos de de oro que les quitaba el sueño y los impulsaba a adentrarse como hormigas dentro todos los confines del "nuevo"continente. El tesoro manchado de sangre y fuego que le daría las ansiadas riquezas al imperio español sería la colosal cantidad de plata que yacía en el cerro Potosí y en el subsuelo de México, Perú.
La moneda-mercancía que la corona española acuñó con la plata americana fué el “Real de a ocho” también llamado “Peso duro” o “Spanish dollar”. Este disco de 27 gramos de plata pura y fina mostraba en su reverso las dos Columnas de Hércules y el lema "Plus Ultra" (más allá). La combinación de esta leyendas mostraban el zeitgeist, el espíritu que envolvió al mundo Europeo que se proyectaba para conquistar el mundo más allá del estrecho de Gibraltar.
El "Real" con su pureza metálica indiscutible se ganó la confianza de los comerciantes alrededor del mundo y pronto circulaba desde Manila hasta Londres. Se convirtió en la unidad de cuenta y medio de pago predilecto en el comercio intercontinental, funcionando de facto como la primera Moneda de Reserva Mundial.
Sin embargo, el Imperio Español se encontraba en medio de un predicamento, el mismo que perseguiría como una maldición a las futuras naciones a cargo de emitir la moneda para el comercio del planeta. Para comprender su posición vamos a situar e España en medio de dos triángulos:
El conocido "Triángulo Atlántico" explica como la plata llegaba a España usando mano de obra esclava para mantener los costos de extracción al mínimo:
Europa a África: Barcos llevaban manufacturas europeas (telas, armas, licor, abalorios).
África a América (el "Middle Passage"): Cambiaban esas mercancías por esclavos, que llevaban a América para vender en las plantaciones y minas.
América a Europa: Con el dinero de la venta de esclavos, cargaban los barcos con materias primas (azúcar, algodón, tabaco, plata y oro) que llevaban de vuelta a Europa.
El segundo el triángulo, al cual llamaremos "Triángulo Pacífico" ilustra la efímera riqueza de la que disfrutó España y la exclusión autoimpuesta como consecuencia de su privilegio financiero:
España a Europa-industrial: España usaba la plata para comprar manufacturas y otros bienes suntuarios producidos o importados por países europeos (Inglaterra, Francia, Países Bajos).
Europa a Asia: Una parte masiva de esta plata terminaba en Asia (especialmente China) a través de Manila, para pagar por especias, sedas y porcelanas.
Asia a Europa-Industrial: Las mercancías Asiáticas llegaban a Europa y por supuesto a España pero el resultado final era que la riqueza real (la plata) se convertía en capital para las economías de otros países europeos, mientras España se endeudó.
Ser el estado emisor de la moneda de reserva mundial es ser poseedor de un poder embriagador: conseguir el dinero saqueando y esclavizando desalienta el esfuerzo y desvaloriza el trabajo y desalienta la innovación; desde esta posición la industria es innecesaria ya que todo lo que se puede producir se puede comprar a contado o con el crédito infinito que te otorgan el resto de las naciones que buscan pagarse a tu vena; promueve una cultura de hurto, despilfarro e ineficiencia; crea un estancamiento en la sociedad y el desarrollo, una mentalidad de sustracción y desprecio por el esfuerzo honesto.
Eduardo Galeano describió en Las venas Abiertas de America Latina el estado de la capital del imperio colonial:
Los metales de América, delirio y ruina de España, proporcionaban medios para pelear contra las nacientes fuerzas de la economía moderna.
Aquel imperio rico tenía una metrópoli pobre, aunque en ella la ilusión de la prosperidad levantara burbujas cada vez más hinchadas: la Corona abría por todas partes frentes de guerra mientras la aristocracia se consagraba al despilfarro y se multiplicaban, en suelo español, los curas y los guerreros, los nobles y los mendigos, al mismo ritmo frenético en que crecían los precios de las cosas y las tasas de interés del dinero. La industria moría al nacer en aquel reino de los vastos latifundios estériles, y la enferma economía española no podía resistir el brusco impacto del alza de la demanda de alimentos y mercancías que era la inevitable consecuencia de la expansión colonial. El gran aumento de los gastos públicos y la asfixiante presión de las necesidades de consumo en las posesiones de ultramar agudizaban el déficit comercial y desataban, al galope, la inflación. Colbert escribía: «Cuanto más comercio con los españoles tiene un estado, más plata tiene».
La decadencia de la sociedad española eventualmente mermó sus ventajas marítimas, comerciales y militares, sus reservas de oro y plata pasaron a manos de potencias emergentes, y el real de a ocho perdió su protagonismo y el título de moneda de reserva mundial pasó entonces a una nueva moneda.
El Ciclo de los Imperios
En el transcurso de cientos de años la moneda de reserva mundial ha pasado como una antorcha por varias naciones que han fundamentado su riqueza en la expanción de imperios comerciales y que cumplen su ciclo. De España a los Países Bajos, después a Francia, a Reino Unido y por último, al Dolar la moneda Estados Unidos de America cuyo símbolo se identifica con la letra "S" recordando su forma original, el "Spanish Dollar" respaldado por las antiguas monedas españolas, hechas de plata y acuñadas con los dos pilares de hercules.
El último patrón oro
Luego de las dos guerras mundiales Europa estaba devastada y endeudada con los bancos norteamericanos que financiaron la causa aliada, las bóvedas de estos bancos estaban repletas de grandes cantidades de oro que había encontrado allí refugio de la guerra. La marina de los Estados Unidos de América se encontraba en control de todas las rutas comerciales oceánicas y el dólar se consolidó como la nueva moneda de reserva mundial.
En los acuerdos de la conferencia en Bretton Woods en 1944, se acordó que posterior a la guerra se implementaría un sistema monetario internacional basado en el "patrón oro" donde las monedas estarían vinculadas al dólar y este a su vez estaría respaldado por oro físico. Los países mantendrían sus reservas en dólares y bonos del tesoro estadounidense y podrían canjear esos dólares por el oro en la Reserva Federal de Estados Unidos a un precio fijo de $35 por onza.
La promesa del dólar-mercancía duró 27 años, hasta que, al igual que todos los anteriores gobiernos a cargo de la moneda de reserva mundial, los gastos excesivos comenzaron a acumularse, especialmente los militares. En medio de la guerra fría el gobierno norteamericano empezó su infame desventura militar en Vietnam, la cual terminó con la máquina de guerra más poderosa y tecnológicamente avanzada del mundo siendo derrotada y expulsada, las reservas de oro diezmadas y millones de vidas vietnamitas destruidas; síntomas inequívocos de decadencia imperial.
Eventualmente llegó el momento inevitable y al gobierno de los Estados Unidos le fué imposible cumplir con el compromiso para intercambio de los abundantes dólares por el escaso metal dorado, por lo que en 1971 esta nación rompe unilateralmente con el patrón oro y el dólar pasó de ser un elemento fiduciario a convertirse en dinero fiat, sin respaldo metálico.
Este pudo haber sido el fin para el dólar como moneda de reserva mundial ya que se había roto el acuerdo internacional con sus más cercanos aliados, y este acuerdo es el que le daba su estatus. En este contexto, la incertidumbre respecto al valor utilitario del dólar estaba en duda. ¿Por qué seguir usando el dólar si este solo es papel que imprime un imperio sobregirado? ¿Que representa esta moneda y que la respalda?
Sin embargo, a falta de un sucesor claro, la transformación que extendería el privilegiado estatus del dólar estaba a la vuelta de la esquina.
Oro Negro
La metamorfosis del dólar ocurriría como un drama con el medio oriente como escenario. Ante los ojos del mundo: explosiones, naciones en guerra, embajadores, divisiones religiosas y étnicas, presidentes, escasez y acuerdos políticos. Detrás del escenario una obra de otro tipo estaba por ocurrir: reuniones secretas, banqueros, accionistas, corporaciones, fortunas familiares, márgenes de ganancias y acuerdos económicos.
El siglo XX había sido impulsado por la energía del petróleo, millones de soldados habían muerto en batallas en ambas guerras mundiales para asegurar las rutas de abastecimiento hacia la fuente de energía más versátil en el planeta, los barcos, tanques y aviones que dominaban los campos de batalla eran y son hoy en día impulsados por derivados petrolíferos y por lo tanto el acceso a este recurso determina en gran medida cuáles naciones tienen acceso al poder militar de un ejército mecanizado.
En la segunda mitad del siglo, los derivados del petróleo ya eran fundamentales para la producción y el comercio de todo tipo de artículos de consumo y para movilizar enormes flotas de automóviles. Ninguna otra fuente de energía es tan versátil, codiciada y necesaria como el llamado oro negro, el cual existe en forma de oceanos subterraneos repartidos en el subsuelo de unas pocas naciones.
Sin embargo los países poseedores de esta negra riqueza habían sido integrados en la economía como colonias cuya principal función era la de suplir a los imperios que consumen esta energía a través de una red de distribución dominada por Standard Oil, Shell, Gulf, Texaco, Anglo-Persian y otras corporaciones estrechamente ligadas a gobiernos occidentales. Los mayores accionistas de las corporaciones petroleras eran las respectivas oligarquías nacionales y las finanzas manejadas a través de sus bancos asociados.
Al principio de la década de los 60, con el fin de defender sus intereses frente a las corporaciones y naciones que manejan la distribución de esta forma de energía, varios países, en cuyo subsuelo descansa cerca de 80% de las reservas de petróleo, se unieron en la “Organización de países exportadores de petróleo” (OPEP).
Por medio del control de la producción y el suministro, esta organización, que incluye a Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes como tres de sus cuatro mayores socios, concentró el poder suficiente como para variar los precios del petróleo.
Frente a esta organización los países importadores, en especial Estados Unidos estaban a merced de un hipotético embargo petrolífero; de ocurrir, las estimaciones indicaban que los precios podrían cuadruplicarse en el peor de los casos …o el mejor de los casos, si ya tienes una agenda preparada.
¿Pero qué podría desencadenar este embargo?
Luego de su victoria en dos guerras anteriores, la pequeña nación judía de Israel apoyada por occidente, se sostenía victoriosa en medio de enemigos Árabes. Sus vecinos, Egipto y Siria, respaldados por la Unión Soviética habían pasado años preparando un ataque para recuperar los territorios perdidos en sus derrotas anteriores.
When asked by Saudi King Faisal’s personal emissary why he had demanded such a bold price increase, he replied: “Tell your King, if he wants the answer to this question, he should go to Washington and ask Henry Kissinger.”
Una nueva guerra era inminente, esto lo sabían todos los actores del drama que se avecinaba, pero en especial lo sabía Henry Kissinger el secretario de estado de Richard Nixon, el presidente estadounidense quien dos años antes había anunciado por la televisión el fin del patrón oro.
Entonces en 1973 se abrió el telón y las piezas del dominó comenzaron a caer:
Durante la celebración del día sagrado de Yom Kippur, Egipto invade la frontera con Israel y poco después lo hace Siria en su frontera.
Israel se defiende, recibe apoyo militar de sus benefactores occidentales y contra ataca a los invasores.
Los países Árabes y la OPEP en apoyo a los estados musulmanes en contienda, responden con el esperado embargo petrolífero.
Los precios del petróleo se disparan, hay escasez de combustible y los televisores transmiten largas filas de automóviles en las gasolineras estadounidenses. El mundo está en shock.
Con la victoria de Israel asegurada, Kissinger orquesta los tratados de Paz con las naciones Árabes, y la guerra llega a su fin.
Pero estos acontecimientos pueden ser vistos como una fachada, una distracción de los eventos que asegurarian la hegemonía del dólar en las próximas décadas y que ocurrirían detrás del escenario:
Una vez aplicado el embargo, Irán y Arabia Saudita son instruidos por su socio: Estados Unidos, para que aumenten los precios aún más de lo que la OPEP lo había hecho y de esta manera, cumplir con las estimaciones anteriores a la guerra.
En negociaciones secretas paralelas a los tratados de paz, Kissinger consolida tratos con Arabia Saudita. Esta nación se compromete a aceptar el dólar como única forma de pago por su petróleo; a cambio recibirá armas, protección militar y privilegios financieros.
Con el fin del embargo, el aumento de precio del combustible crea grandes fortunas para las oligarquías de los países de la OPEP, los accionistas de las compañías petroleras y los grandes bancos que manejan estos fondos.
El resto de los países del mundo quedan obligados a adquirir y mantener reservas en dólares para poder acceder al mercado del petróleo.
De esta manera, al unir la tenencia del dólar a la capacidad de las naciones para adquirir la forma de energía más práctica, conveniente y necesaria en el mundo moderno, el gobierno estadounidense extendió la vida útil de su moneda, creando el sistema del “petrodólar” y haciendo del dólar una reserva indispensable a nivel global.
Con el paso de los años, los cambios geopolíticos poco a poco socavaron el duro amarre al petróleo por parte de Estados Unidos. El mundo de hoy sin embargo, heredó la fórmula para extender la existencia de un sistema comercial donde los medios de transferencia de dinero y distribución comercial están centralizados por gigantescos conglomerados financieros que utilizan el acceso a su sistema económico como una herramienta de control.
No hay naciones. No hay pueblos. No hay rusos. No hay árabes. No hay terceros mundos. No hay Occidente. Solo existe un sistema holístico de sistemas, un vasto e inmanente, entrelazado, interactivo, multivariable, multinacional dominio del dólar. Petrodólares, electrodólares, multidólares, reichmarks, rins, rublos, libras y shekels. Es el sistema monetario internacional el que determina la totalidad de la vida en este planeta.
Network (1976)
Lo que hoy conocemos como el dólar es un sistema complejo de acuerdos internacionales respaldados en la economía de consumo, el sistema bancario internacional y el poder militar. El dólar es el tiquete de acceso a reservas petrolíferas, rutas comerciales oceánicas y comercio internacional, y por lo tanto el acceso al medio de transmisión del dólar es determinante para las naciones.
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